Dossier: Los aportes del pensamiento nuestroamericano a los procesos epistemológicos y pedagógicos disruptivos: una visión interdisciplinaria

“Se es utopista por exceso de realismo y no por ingenuidad.”

Cerutti, Horacio (1991). “Utopía y América Latina” en La utopía en América. México: CCyDEL-UNAM. p.26.

Pensar la realidad ha sido una exigencia impostergable para nuestra región, la cual ha atravesado —y sigue atravesando— procesos que la llevan a replantear el rumbo hacia la construcción de sociedades más justas, diversas, equitativas, críticas, bajo la consigna “pensar la realidad a partir de la propia historia crítica y creativamente para transformarla” (Cerutti, 2000: p.33). Para ello, los diversos aportes del pensamiento nuestroamericano han sido de gran importancia para el caminar hacia la utopía, entendiendo por esta —como ya lo asevera Horacio Cerutti (2014)— un “esfuerzo obstinado por cambiarlo todo, desde alternativas vivificadoras, haciendo un ejercicio imaginativo que adquiere un compromiso: conocer para la transformación.” Y, complementando esta idea, también nos dice que “es de ese soñar despiertos del que aquí se trata” (Cerutti, 1996:48) retomando aquella idea de Mariátegui: “modificar lo que se ve y se siente, no lo que se ignora. Por ello, le parecen (sic.) sólo válidas aquellas utopías que se podrían llamar realistas. Aquellas que nacen de la entraña misma de la realidad.” (Mariátegui citado en Cerutti, 1996: 48)  

En este sentido, la presente convocatoria nos invita a reflexionar la producción teórica y práxica que se ha desarrollado en la región a partir de los ensayos a las respuestas —expresadas por los diversos pueblos nuestroamericanos— a los procesos de resistencia de un pensamiento impuesto e implementado por el capitalismo, el cual sigue repercutiendo de manera económica, política y social.

Una de las claves para pensar la realidad en nuestra América ha sido partir de su circunstancia y coyuntura para así vislumbrar los aportes de un pensamiento propio desde el horizonte de los pueblos en lucha y resistencia —sostenida hasta nuestros días— a fin de construir sociedades más justas, equitativas e inclusivas en la construcción de ese mundo “en donde quepan muchos mundos.” (EZLN)

 Es importante destacar que el horizonte de reflexión apunta a pensar a la región como un lugar en donde incluso se problematiza su nombrar, pues es pertinente dado que el dotar de significado es una tarea compleja y —a veces— algo tramposa, pues ahí se juegan los intereses ideológicos para fines concretos o caemos en la exclusión y desconocimiento del entramado complejo de nuestras raíces. (Briseño, 1969; O’Gorman, 2006)

Pero ¿por qué es importante partir del nombrar? José Santos-Hercerg en Conflicto de representaciones. América Latina como lugar para la filosofía (2010: 27-28) nos dice que la forma de concebir el lugar de enunciación, en este caso América Latina, influye la manera de pensar a éste. En este sentido asevera que:

El lugar de enunciación no es secundario: no hay lugar abstracto, en el sentido de neutro. El espacio y el tiempo desde el cual se emite un discurso […], es ‘su’ lugar y, por tanto, es central para efectos de su constitución como discurso.

Ante esta cuestión surge una forma propositiva de hacerlo a partir de la idea del ensayo martiano Nuestra América (1891), la cual destaca Horacio Cerutti (2011:12) tiene las siguientes particularidades:

[1.] Implica un reconocimiento y una valorización de los pueblos originarios y de tercera raíz. [2.] Niega la existencia de razas como elemento discriminatorio. [3.] Propone objetivos comunes a partir de la experiencia de una tensión irreductible entre lo que es y lo que debería ser o se querría que fuese. [4.]Ejerce así la movilización desde una América ya, pero todavía del todo ‘nuestra’.

Coincidimos en que esta forma de nombrar(nos) es más apropiada y menos problemática, en la medida que no da por sentado un determinismo histórico, sino que —a su vez— nos hace enfático que el proceso de construcción de un nosotros —que desde la diversidad— aún está en tránsito y da voz a todas y todos aquellos que luchan y resisten desde sus geografías.

Partimos de la existencia de procesos epistemológicos propios de la región que han posibilitado pensar la realidad que nos aqueja y que, incluso, han reformulado la forma de abordar las problemáticas; así como procesos pedagógicos que apoyan a estos. En este sentido, el presente dossier busca pensar y problematizar ¿cuáles han sido los aportes de este pensamiento —plural y propio— a los procesos epistemológicos y pedagógicos en nuestra América?, ¿cómo han aportado la lucha y la resistencia de los pueblos y movimientos sociales a la construcción de nuevas formas de resolver los problemas que les aquejan?, ¿cuáles son los aportes teóricos (filosóficos, antropológicos, sociológicos, educativos) que han permitido la articulación de luchas y resistencias?, entre otras cuestiones más, derivadas de estas o que pudieran surgir en el camino de reflexión.    

La invitación del presente dossier es en reflexionar, debatir y compartir cuales han sido las propuestas disruptivas antes los embates coloniales de ese pensamiento universal desde una perspectiva interdisciplinaria, como la filosofía, sociología, antropología, literatura, derecho, entre otras. Los ejes propuestos para los trabajos versan en las siguientes temáticas:

  • Los aportes de las pedagogías críticas
  • La utopía y la utopología
  • Educación popular y sistematización de experiencias
  • Filosofías de y para la liberación
  • Decolonialidad del saber
  • Epistemologías del sur

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